Caminar por Olite es adentrarse en una trama urbana medieval fascinante en la que sobresale su gótico castillo palaciego con sus gruesos muros y torres almenadas. Caserones de piedra con
sus blasones y el buen vino esperan al visitante igualmente.
(*) Precio por persona y noche calculado en base a la tarifa vigente en fin de semana y temporada baja.
Conjunto medieval de Olite. El Palacio Real está considerado monumento nacional desde 1925 y fue sede de reyes durante la Edad Media. Ocupa un tercio del casco histórico y, para ser más exactos, se trata de dos palacios unidos siendo el viejo (s. XII-XIII) Parador de Turismo y el nuevo (s. XIV-XV) un extraordinario ejemplo de arquitectura gótica civil de raigambre francesa.
El conjunto urbano monumental de Olite es fascinante. En su paseo por la ciudad, verá cómo la piedra dibuja casonas solariegas, formidables blasones, murallas romanas, rúas atravesadas por arcos góticos e impresionantes iglesias como la de Santa María (XIII). La Plaza de Carlos III, en la que se encuentra el Ayuntamiento, es magnífica. La Rúa Mayor hay que recorrerla despacio, y extramuros hay dos monasterios recomendables dedicados a San Francisco y Santa Engracia. Y en agosto se escenifican una atractivas Fiesta Medievales.
Hay festivales de teatro clásico, degustación de vinos en las bodegas y cooperativas y, en la primera quincena de septiembre, una Fiesta de la Vendimia, así como un Centro de Exposición de la Viña y el Vino en la plaza Teobaldos.